El cansancio, el estrés y la fatiga mental hace que muchas veces no disfrutemos de las cosas bellas de la vida, normalmente nos encasillamos en esas situaciones y no vemos más allá de lo que nuestros ojos nos permiten ver. Limitamos nuestros movimientos y por sobre todo limitamos nuestra expresión y comunicación tanto corporal como verbal. Es importante que como seres humanos digamos “cosas” con nuestra corporalidad, comunicar a un otro lo que sentimos, pensamos y hacemos. En la sesión de hoy eso fue precisamente lo que fomentamos “la comunicación corporal” Primero comenzamos con una pequeña dinámica de movimientos básicos siguiendo los patrones que la profesora realiza en torno a un par de zapatos, debíamos movernos como ellos lo hacía. Para ello, debíamos previamente formar parejas y estar dispuestos a participar. Posteriormente relajamos nuestros cuerpo con soltura de articulaciones, movimientos libres, diferentes tipo de caminatas sin tocarse con el otro, tocándose solo del hombro, tocándose con el codo y finalmente tocándose con la cadera.
Una de las actividades que más me gusto fue el contacto espalda a espalda que tuvimos con uno de nuestros compañeros de curso. Me agradó mucho esa situación, no sólo porque me reí sino que también porque se relajaron mis músculos, nos comunicamos (sentimiento de alegría, pena, rabia, agradecimiento) y nos divertimos demasiado, sobre todo en la parte donde teníamos que discutir con las espaldas, sentí que era potente nuestra pelea, pero todo dentro de un contexto de respeto y con el fin de pasarla bien.
La actividad central consistía en formar cuatro grupos de compañeros dentro del curso y cada grupo debía escoger un tema que eran: Maquillaje, entrega, libre y movimiento. A mi grupo en particular le tocó movimiento y en verdad ninguno de nosotros quería mucho este tipo de tema, por el el tema de la timidez y la vergüenza. Finalmente accedimos a participar y debíamos crear una especie de coreografía y actuación con los movimientos corporales. En un comienzo nos costó bastante ponernos de acuerdo pero al final concretamos algo. Utilizamos diferentes tipos de telas -en cuanto a color y a longitud- para potenciar aún más los movimientos que estábamos realizando. Cada uno cumplia su función. A mi me toco bailar fuera del círculo que habíamos formado con las telas e iba tocando las cabezas, los hombros o cualquier otra parte del cuerpo de mis compañeros que estaban formando el círculo para que comenzaran ellos a moverse, los instaba al movimiento, a despertar su expresividad. Una vez que todos estuvieron conectados y expresando, me introduje bajo las telas y junto a otros dos compañeros más comenzamos a danzar y crea movimientos improvisados. Resultó algo muy lindo y entretenido, a pesar del poco tiempo de preparación y el rechazo con respecto al tema en un principio.
Después cada grupo presentó su tema con diferentes temáticas como la metamorfosis con orugas y mariposas, la historia del vino en un pueblo donde había sequía y la música para crear un ambiente relajante. Todos y cada uno de ellos dejaron en evidencia la creatividad que puede aflorar desde los seres humanos y que con pocas herramientas y el poco tiempo, se pueden construir cosas hermosas y muy agradables de ver.
A modo de reflexión siento que de alguna u otra manera nos comunicamos y que esa comunicación la mayoría de las veces lo dice el cuerpo que vale más que mil palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario